No hay sentencia, solo es consecuencia...
La maldad de aquel hombre cobijaba la soledad e inmenso vació que habitaba en su corazón.
Su desgraciada y terca forma de actuar lo llevaron a cometer los peores atropellos humanos.
Rompió corazones, no solo los rompió, los humillo, los lacero, los ensucio con su cuerpo.
No era un príncipe azul, sus ojos no eran verdes, no tenia un gran físico, era bajito de hecho y un poco rechoncho, sin embargo supo "penetrar" en lo mas intimo del ser, la sinceridad... La robaba y jamas la regresaba.
Se vestía de "bueno" y como todo hechizo que hacen las brujas a las 12:00 pm en punto, se acababa. Los que habían estado con él después de las doce, así lo contaban...
Engaño a emprendedores, humillo humildes, golpeo a débiles y profano la verdad de la gente honesta.
Timo a incautos, tiro basura, titubeo contra el fuerte, se burlo del soñador y todo lo que pudo hacer a sabiendas que era malo, lo hizo.
Todo lo bueno que sabia debía hacer a sabiendas que era bueno, NO LO HIZO.
Pronto llego a la vejez y olvido haber leído antes "la ley de la vida" en sus párrafos había un articulo que refería dentro la ley contra el hombre sucio:
"No mataras, no solo del cuerpo hablo, sobre todo de los sentimientos que son los que cobijan al alma."
Había mas artículos, hoy solo quiero hablar sobre este.
La consecuencias, no eran sentencias, era el resultado precedido por lo sucedido.
Entonces entiendo que no termino su vida solo como el perro enfermo, como un pago a lo atroz que hizo, mas bien fue el resultado de lo que no hizo.
No fue menor pago ser ignorado por aquellas semillas que sembró y jamas siquiera les dio agua, sus hijos.
No era de admirarse que la gente que lo conoce cuando lo ve pasar lo señalen con el dedo y le negaron un taco, comprensible después de mucho que les quito.
Tampoco, aunque muy triste, es de admirar que el hijo de aquel hombre que timo y daño gravemente la economía y estabilidad emocional de una humilde familia, lo busco y se paro frente a él para decirle: - Mi padre murió de cáncer, vivimos mucho tiempo en la miseria, todos sus ahorros que invirtió en su fraude eran para un futuro mejor, para yo poder estudiar. Era un niño, recuerdo cuando lo fuimos a buscar para pedirle una explicación, usted solo se burlo y le dijo que así era esto, no se dejaba de burlar, no le significaba nada el llanto que emanaba al saberse mi padre sin nada para poder llevar alimento a la casa. Mi madre murió de diabetes, nos quedamos sin un peso para continuar con el costoso tratamiento. Recuerdo aquel grito que usted me dio cuando le dije entre llantos ¡devuelva el dinero a mi papá! Me dio una cachetada y me escupió la cara. Mi padre débil, quiso combatirlo, no pudo, usted era fuerte y yo solo un niño. Pero, se acuerda que le grite entre llantos ¡Me la vas a pagar! Usted dijo entre risas que me estaría esperando... Ya llegue, estoy aquí...
De sobra hablar lo que después sucedió...
Nadie pregunto por él, nadie le interesaba... Quizás si hubiera tenido un amigo que se preocupara, hubiera llegado pronto para escuchar sus lamentos y alcanzarlo a salvar.
Pasaron muchos años después cuando también aquel joven que agredió aquel hombre sucio olvido leer "la ley de la vida" Había un apartado abajo del que hablaba sobre la persona que lacerara el alma, que hablaba
de la persona que lastima el cuerpo de un semejante.
Y me puedo seguir sobre esto, sin embargo lo que busco aquí decir, es que existe una ley contra el hombre sucio y una ley que habla sobre la herencia legitima al hombre limpio y lo mejor es contribuir de forma justa, saber perdonar, por que aquel que no perdona, guarda el rencor, le perturba su vida y esta latente caer en el camino del hombre sucio.
Porque tanto es sucio aquel primero como "el otro" que le continua...
Por,
Iván Bocanne (Iván Aguayo Bocanegra)
La maldad de aquel hombre cobijaba la soledad e inmenso vació que habitaba en su corazón.
Su desgraciada y terca forma de actuar lo llevaron a cometer los peores atropellos humanos.
Rompió corazones, no solo los rompió, los humillo, los lacero, los ensucio con su cuerpo.
No era un príncipe azul, sus ojos no eran verdes, no tenia un gran físico, era bajito de hecho y un poco rechoncho, sin embargo supo "penetrar" en lo mas intimo del ser, la sinceridad... La robaba y jamas la regresaba.
Se vestía de "bueno" y como todo hechizo que hacen las brujas a las 12:00 pm en punto, se acababa. Los que habían estado con él después de las doce, así lo contaban...
Engaño a emprendedores, humillo humildes, golpeo a débiles y profano la verdad de la gente honesta.
Timo a incautos, tiro basura, titubeo contra el fuerte, se burlo del soñador y todo lo que pudo hacer a sabiendas que era malo, lo hizo.
Todo lo bueno que sabia debía hacer a sabiendas que era bueno, NO LO HIZO.
Pronto llego a la vejez y olvido haber leído antes "la ley de la vida" en sus párrafos había un articulo que refería dentro la ley contra el hombre sucio:
"No mataras, no solo del cuerpo hablo, sobre todo de los sentimientos que son los que cobijan al alma."
Había mas artículos, hoy solo quiero hablar sobre este.
La consecuencias, no eran sentencias, era el resultado precedido por lo sucedido.
Entonces entiendo que no termino su vida solo como el perro enfermo, como un pago a lo atroz que hizo, mas bien fue el resultado de lo que no hizo.
No fue menor pago ser ignorado por aquellas semillas que sembró y jamas siquiera les dio agua, sus hijos.
No era de admirarse que la gente que lo conoce cuando lo ve pasar lo señalen con el dedo y le negaron un taco, comprensible después de mucho que les quito.
Tampoco, aunque muy triste, es de admirar que el hijo de aquel hombre que timo y daño gravemente la economía y estabilidad emocional de una humilde familia, lo busco y se paro frente a él para decirle: - Mi padre murió de cáncer, vivimos mucho tiempo en la miseria, todos sus ahorros que invirtió en su fraude eran para un futuro mejor, para yo poder estudiar. Era un niño, recuerdo cuando lo fuimos a buscar para pedirle una explicación, usted solo se burlo y le dijo que así era esto, no se dejaba de burlar, no le significaba nada el llanto que emanaba al saberse mi padre sin nada para poder llevar alimento a la casa. Mi madre murió de diabetes, nos quedamos sin un peso para continuar con el costoso tratamiento. Recuerdo aquel grito que usted me dio cuando le dije entre llantos ¡devuelva el dinero a mi papá! Me dio una cachetada y me escupió la cara. Mi padre débil, quiso combatirlo, no pudo, usted era fuerte y yo solo un niño. Pero, se acuerda que le grite entre llantos ¡Me la vas a pagar! Usted dijo entre risas que me estaría esperando... Ya llegue, estoy aquí...
De sobra hablar lo que después sucedió...
Nadie pregunto por él, nadie le interesaba... Quizás si hubiera tenido un amigo que se preocupara, hubiera llegado pronto para escuchar sus lamentos y alcanzarlo a salvar.
Pasaron muchos años después cuando también aquel joven que agredió aquel hombre sucio olvido leer "la ley de la vida" Había un apartado abajo del que hablaba sobre la persona que lacerara el alma, que hablaba
de la persona que lastima el cuerpo de un semejante.
Y me puedo seguir sobre esto, sin embargo lo que busco aquí decir, es que existe una ley contra el hombre sucio y una ley que habla sobre la herencia legitima al hombre limpio y lo mejor es contribuir de forma justa, saber perdonar, por que aquel que no perdona, guarda el rencor, le perturba su vida y esta latente caer en el camino del hombre sucio.
Porque tanto es sucio aquel primero como "el otro" que le continua...
Por,
Iván Bocanne (Iván Aguayo Bocanegra)